Signos clínicos de diabetes mellitus en perros y gatos
Los signos clínicos son útiles para el diagnóstico y control de la diabetes en perros y gatos. También son necesarias otras pruebas de laboratorio para el diagnóstico de Diabetes mellitus y para el control de animales diabéticos tratados.
Existen tres escenarios clínicos distintos en la diabetes mellitus:
1. Diabetes mellitus no complicada
Los signos clásicos son poliruia, polidipsia, polifagia, caquexia y un aumento de la susceptibilidad a infecciones (por ej.: infecciones del tracto urinario). En diabetes de larga duración se pueden observar complicaciones debidas a la glicosilación proteica: cataratas (principalmente en perros) y neuropatía periférica (principalmente en gatos).
2. Cetoacidosis diabética
La cetoacidosis diabética (DKA) es una emergencia metabólica seria.
La DKA se desarrolla debido a una diabetes mellitus no diagnosticada de larga duración, a una dosis insuficiente de insulina en animales tratados y a una acción alterada de la insulina y/o resistencia, causada por obesidad, enfermedades concurrentes o drogas. Esta es la causa de más de dos tercios de los casos de DKA.
Debido a la falta de insulina la glucosa no puede ser utilizada como fuente de energía. . Los lípidos son utilizados para proveer energía. Durante la lipólisis se generan altos niveles de cetonas . Se desarrolla cetosis y acidosis que se acompañan de un desbalance en los electrolitos. La cetosis causa anorexia, náuseas y letargia.
Tratamiento
La DKA es una emergencia y requiere tratamiento inmediato. Los objetivos del tratamiento son: corregir las deficiencias de fluidos, el balance ácido-base y el balance de electrolitos, disminuir las concentraciones de glucosa y cetonas y reconocer y corregir los factores subyacentes y desencadenantes.
El tratamiento incluye la fluidoterapia endovenosa con soluciones isotónicas, por ej.: solución salina al 0,9 % y la administración endovenosa de insulina de rápida acción. De ser posible se debe medir y corregir la concentración de electrolitos y el balance ácido base. Caninsulin es una insulina de acción intermedia y no es apropiada para la administración endovenosa.
Cuando los niveles de glucosa han sido bajados y mantenidos entre 11 y 14 mmol/L (198 y 252 mg/dL) por al menos 4-10 horas se puede iniciar la terapia con Caninsulin por vía subcutánea.
3. Síndrome hiperglucémico, hiperosmolar
El síndrome hiperglucémico, hiperosmolar o síndrome hiperosmolar no cetósico (HHS) es una complicación poco común de la diabetes mellitus no tratada. Es una emergencia y tienen un pronóstico extremadamente reservado.
HHS se caracteriza por una muy marcada hiperglucemia (por ej.: >36 mmol/l o >650 mg/dL) y osmolalidad (>380 mOsm/L). Las concentraciones de glucosa tan altas como estas atraen agua de las neuronas por ósmosis y dan lugar al coma.
Diagnóstico
Inicialmente, antes del desarrollo de HHS se habrán observado los típidos signos clínicos de Diabetes mellitus. Estos animales se vuelven progresivamente más débiles, anorécticos y letárgicos y beben menos agua. El examen físico a menudo revela una profunda deshidratación, letargia y depresión severa o coma. Parece haber una relación directa entre la severidad de la hiperosmolaridad y la gravedad de los signos clínicos.
No existe cetoacidosis en el HHS y las concentraciones plasmáticas de glucosa son muy superiores (>36 mmol/l) en HHS que en DKA.
Tratamiento
El objetivo del tratamiento es la corrección de la hiperglucemia y del estado hiperosmolar. Esto se alcanza mediante una agresiva fluidoterapia endovenosa y una reducción de la concentración sanguínea de glucosa. Durante las primeras 4-6 horas la fluidoterapia es crítica. La terapia con Insulina puede ser retrasada hasta que el estado general del animal haya mejorado.
Pronóstico
El pronóstico para una recuperación completa es extremadamente reservado. Incluso con el tratamiento apropiado, muchos animales mueren dentro de las primeras 24 horas. La tasa de sobrevida a largo plazo es de aproximadamente el 12 %.
«En los diabéticos, el diagnóstico de cetoacidosis se basa en la presencia de cetonuria junto con signos de enfermedad sistémica.«